El contenido total de grasa y de ácidos grasos omega 3 es mayor en pescados de “aguas frías” o “pescados azules” (salmón, arenque, sardina y macarela).
La ingesta de ácidos grasos omega 3 tiene una fuerte relación con la salud cardiovascular, un estudio (Bucher et al, 2002) en personas que consumieron diariamente estos ácidos grasos, concluyó con una reducción en la mortalidad por causas cardiovasculares como infartos. El consumo de omega 3 durante cuatro meses, produce una reducción del 45% en los triglicéridos (Harris et al, 1997), es bien sabido que el aumento de los triglicéridos es un riesgo para la acumulación de lípidos y puede causar el endurecimiento de las arterias.
Las personas de países con mayor consumo de ácidos grasos omega 3 en promedio (0.5 a 1.5 g/día) tienen menor riesgo de padecer cáncer de mama en 30% y una disminución significativa (60%) en cuanto al cáncer de próstata (Terry et al, 2003).
La inflamación es una respuesta a las agresiones traumáticas, microbianas y químicas en donde se acumulan fluidos y anticuerpos, por ejemplo, la inflamación después de una cirugía. El consumo de ácidos grasos omega 3 promueve que compitan en el metabolismo con otro ácido graso, el araquidónico (que favorece la inflamación) por lo que se promueve un efecto antiinflamatorio en el organismo (Furst et al, 2000), por lo que se aconseja su consumo también en personas con enfermedades inflamatorias como la enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa, la artritis reumatoide, psoriasis, el lupus eritematoso, esclerosis múltiple, migrañas, y pancreatitis aguda (Gil, 2002).
Los ácidos grasos omega 3 se encuentran además en el cerebro, que es el segundo lugar de mayor almacenaje, después del tejido adiposo, ocupan hasta el 50% del tejido cerebral (Maes et al, 1999), los ácidos grasos omega 3 se acumulan desde la gestación y son un componente importante en las capas de las neuronas y en células de la retina (Carlson, 2009). Se recomienda su consumo en el embarazo y lactancia (Simopoulus et al, 1999). Las personas que tienen bajas concentraciones de ácidos grasos omega 3 y bajos consumos de pescado, tienen relación con mayor probabilidad de alteraciones psiquiátricas como la depresión (Maes et al, 1999). En adultos mayores los omega 3 pueden prevenir la aparición de enfermedades como demencia o alzheimer (Yazawa, 1996; Kyle et al, 1999).
La Organización Mundial de la Salud recomienda un consumo diario de 800mg de ácidos grasos omega 3 y se recomienda llegar a 1 gramo en el consumo de ácidos grasos omega 3 en personas con antecedentes de enfermedad coronaria (WHO. 2007).
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