El chitosán es un polisacárido. Como principal fuente proviene de los crustáceos y mariscos con concha. Está presente en cosméticos, alimentos y productos biomédicos, además de en productos farmacéuticos. De hecho es el material perfecto para las suturas debido a sus propiedades antimicrobiales no tóxicas, además de ser biocompatible y biodegradable.
El chitosán es una fibra que tiene su origen en el caparazón de algunos crustáceos marinos como cangrejos y gambas. Esta fibra no puede ser absorbida por el organismo humano, pero, al llegar al intestino, actúa formando una película que interactúa con las grasas de nuestra dieta impidiendo su absorción.
¿Para qué sirve? ¿Funciona?
Puede capturar de 5 a 10 veces su peso en grasa por lo que esta grasa capturada no se absorbe y se eliminará como producto de desecho intestinal.
Esta sustancia actúa de forma directa en el tubo digestivo, recubriendo las grasas consumidas en la dieta y actuando como una especie de capa de gel. La grasa se elimina entonces de forma natural sin ser absorbida por el organismo.
Así, su uso correcto va a evitar que más grasas se sumen a las que ya tenemos en el organismo. De esta forma, aunque no tiene propiedades que consuman directamente grasas (efecto quemagrasa), lo que consiguen es no absorber nuevas, de forma que si tenemos que usar grasa (por ejemplo haciendo deporte o dieta), consumiremos las almacenadas en el cuerpo. Ese es su efecto indirecto que ayuda a perder la grasa que ya tenemos en lugares no deseados (caderas, muslos, vientre, etc.).
Además, se sabe que puede ayudar como un inhibidor del apetito o saciante, puesto que promueve la sensación de saciedad de forma rápida y durante un mayor tiempo tras la ingesta, logrando que la persona que lo utilice ingiera menos comida durante el día, lo cual se convierte en otro efecto indirecto beneficioso, cuya demostración ha conseguido muchas opiniones a favor del uso de este producto natural.
Los estudios han demostrado que tiene la capacidad de reducir los niveles de colesterol además de propiedades antiulcerosas cuando se toma en comprimidos. Estas propiedades vienen dadas debido a su capacidad de unir los ácidos grasos, el ácido biliar y los fosfolípidos en el cuerpo.
También se usa en la cirugía plástica debido a sus beneficios sobre la cicatrización y la reducción de cicatrices. El chitosán no previene al cuerpo de absorber vitaminas solubles en grasa como hacen otros medicamentos, incluyendo la vitamina A, D, E y K que son cruciales en cualquier dieta saludable.
Tampoco debemos olvidar que esta sustancia reduce la absorción de las grasas de la dieta pero que no tiene ningún efecto sobre los hidratos de carbono (que como todos sabemos, desgraciadamente, también engordan).
El error por tanto, sería pensar que si tomamos este producto no engordaremos comamos lo que comamos. No es cierto, pero es una ayuda importante para situaciones puntuales en que nos saltamos la dieta.
Los estudios no son concluyentes sobre la efectividad del chitosán en la pérdida de peso en humanos. Los estudios con animales fueron muy prometedores, pero cuando se trató en humanos las pruebas no fueron tan favorables.
Hay estudios que sugieren que el uso de chitosán junto a una dieta baja en calorías ayuda a perder más peso. Pero esto no se consigue si no se lleva una dieta baja en calorías, por lo que es importante entender que añadir este ingrediente a tu rutina no será efectivo si no sigues una dieta baja en calorías con un plan de ejercicio a la vez. Puede que si lo añades a tu dieta normal pierdas algo de peso, pero no tiene porque ser debido al chitosán, ya que en algunos estudios hay pérdida de peso adicional y en otros no.
Cuando se investigó más, se demostró que con el chitosán había una ligera pérdida de peso adicional cuando se tomaba entre uno y seis meses, aunque fue una pérdida pequeña. Puede ayudarte con tu objetivo, pero eso no significa que sea un producto milagroso, aun tomándolo necesitaras trabajar para conseguir tus objetivos.
Efectos secundarios
La mayoría de la gente puede tomarlo sin problemas, pero al igual que cualquier otro medicamento o suplemento, hay ciertas personas para las que no está indicado este producto.
La gente que tenga alergia al marisco no puede tomarlo. Esto es debido a que el chitosán proviene de la concha de los crustáceos, y puede causar reacción en algunas personas alérgicas. También está contraindicado para aquellos que estén tomando anticoagulantes como la Warfarina, ya que puede aumentar los efectos del anticoagulante y aumentar el riesgo de hemorragias.
Es importante consultar con el médico antes de tomar chitosán, especialmente si tomas alguna otra medicación. No hay estudios sobre sus efectos en mujeres embarazadas o que estén dando el pecho, pero como precaución, no se recomienda su consumo por este grupo de personas.
¿Cuándo y cómo tomarlo?
Si os decidís a probarlo no excedáis la dosis recomendada al día para evitar problemas de absorción de otros nutrientes, que difiere según la presentación o marca, pero suelen ser dos pastillas o cápsulas antes del almuerzo y la cena. Sobrepasar las dosis recomendadas no aportará mayores beneficios, y puede ser un problema de salud.
Si habitualmente comemos de forma saludable y hacemos ejercicio físico con regularidad, con la ayuda de este producto podremos transgredir nuestra dieta en ocasiones sin remordimientos.
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